Que te pase a ti, que te haya pasado o que te esté pasando lo mismo por lo que tu estás acompañando terapéuticamente a consultantes, me lo tomo aparte de un máster experiencial, como una gracia divina, como un Don del cielo que me hace vivir en guerras internas como un guerrero de luz, que conoce el paño en primera persona, y acompaña la disfunción del consultante.
Salvando las distancias, Jesús, Dios humanizado, vino y estuvo para eso, para mostrar que no hay otra forma que vivir y hacerlo con las manos llenas de harina y los pies de barro hasta las rodillas.Los caminos del Señor, son los que tienen que ser, ni más ni menos, un aprender desde dentro, desde el dar hasta que tu cuerpo te diga hasta aquí picha mía, cargar con tu cruz para poder entender cómo son las cruces ajenas.
Vivir sin miedo, con entrega, con arte torero que después de aprender la técnica con un toro con ruedas, se viste de torero y atiende fuera del burladero. Honestidad, formación, compromiso, regulación, flexibilidad, conocimiento, resiliencia, compasión y servicio, cristiano y samaritano, profesional y hermano. Aplicado previamente a uno mismo colocándole de prefijo el "auto".
Mi primera experiencia en terapia como consultante fue aprox. en 1995, y eso me señaló y me habló por el ángel que me envió Dios, Florencio Rojo (psicólogo). Cual es tu sitio Emi, destino de servicio y camino. Y lo supe leer al tiempo, cuando la tormenta pasó, superada como una fase o muesca en el cinturón, entender donde empezar a estudiar y crecer, hacer de ello mis principios, la psicología con vocación de servicio; espiritual, sanitaria y emocional.
Y aquí me tiene de nuevo, acabado el grado, y en medio del Máster, un practicum en primera del singular. Matizar lo que ya sé, pero escuchando y acompañándome desde mi experiencia vital, cronicidad e incertidumbre; de carga familiar, laboral, y personal, fruto y hecho del que vive en el compromiso por vivir con intensidad, y no a lo suyo. Del que está en el ajo, en el fuego y participa activamente en el juego. Lejos de la barrera, la inconsciencia, el juzgar gratuito, el comentario ignorante, el y la que tiene el ego en su ombligo, en su culo y en lo que rima.
Primero toca pruebas diagnósticas de lo fisiológico, y a la vez seguir cultivando ecuanimidad, alegría, amor y compasión. Para que si Dios quiere, quede libre de la enfermedad del cuerpo, y mi disfunción esté en mi tarea, del que sabe que hacer aunque eso sí, necesita ser acompañado de cirineos y neas de amor, esperanza y compasión.
Emi.